Cada vez un mayor número de madres por diversas razones se incorpora al ámbito laboral. Debido a esto dependen de terceras personas para que se encarguen del cuidado de sus hijos durante el tiempo que estarán alejadas de sus hogares.
El cuidado de un hijo es la responsabilidad más grande que los padres delegan en otra persona. Cuanto más pequeño el niño o la niña más vulnerable será a la influencia de sus cuidadores. Por esto la elección de una niñera amerita ser bien pensada.
Desde una temprana existencia las personas tenemos un mundo interno de figuras (mamá, papá, abuelos y otros familiares) que surgen a partir de nuestras primeras relaciones. Si tenemos en cuenta la cantidad de horas que los bebés pasan con las nanas, entenderemos por qué se establece un vínculo tan estrecho entre ellos. La niñera condiciona los modos de relación de un niño a quien transmite pautas y valores en su diario interactuar y se inserta en el mundo interior del bebé.
Debido a estos vínculos particulares y complejos entre la niñera, los padres y los bebés, es necesario definir aquellas cualidades que desearíamos encontrar en la niñera en base a nuestros valores y al temperamento de nuestro hijo entre otros factores. Entonces cabe preguntarse ¿Qué buscamos en la Niñera? Una madre substituta, un complemento a nuestras tareas, un reforzador, alguien en quien delegar responsabilidades? Cada mamá tiene su propio universo de intereses. Hay algunas que buscan que sus hijos estén siempre limpios y ordenados y otras que prefieren que jueguen libremente aún si se ensucian. Unas que se ciñen a horarios estrictos y otras más liberales. Por esto, las claves para elegir a la niñera ideal dependerán de estas mamás.
Podríamos pensar que la niñera ideal es aquella que contiene las angustias de la madre y la ayuda a resolver las dificultades típicas de las etapas del posparto y crianza, sin competir en rivalidad con la mamá por el bebé. En ciertos momentos deberá facilitar la separación de madre y bebé dándoles la seguridad que estará bien cuidado durante la ausencia de la madre.
Sin embargo, así como no existe persona perfecta en todos los aspectos de su vida, no existe tampoco una niñera perfecta. Debemos buscar una niñera que se adapte al estilo de la familia, que se sienta cómoda en la casa y con la que los chicos estén bien. Lo ideal es que pueda comprometerse con el cuidado de los niños, que sea afectuosa, alegre, paciente y comprensiva. Asimismo debe tener la capacidad física para cargar, cambiar y en ocasiones echarse al piso a jugar con los bebés.
Un punto muy importante es el relacionado a la salud de la niñera. Antes de incorporarse a sus labores debe presentar un certificado de buena salud emitido por una entidad autorizada por el ministerio de salud, así como un certificado negativo de tuberculosis (TBC).
Debido a que durante el cuidado de los niños pudieran presentarse situaciones de emergencia, el grado de madurez y la experiencia de la niñera son aspectos muy importantes a tener en cuenta. Es ilusorio exigir gran responsabilidad de una persona muy joven. Recomiendo que si la niñera va a ser el cuidador principal tenga por lo menos 22 años.
Otro punto importante es ser objetivos, no exigir que la niñera tenga la casa impecable, cocine, planche y cuide de los niños pues esto dividirá su atención y es así como ocurren los accidentes. Entonces es muy importante establecer cuáles serán las tareas que podrá llevar a cabo sin desatender al niño.
Además, es necesario que la niñera tenga a mano una lista con los números de teléfono para contactarnos en caso de una emergencia, así como los de información para servicios de emergencia y los del pediatra entre otros. Asegúrate de que la niñera conozca las señales de enfermedad en un bebé, incluyendo: cambios en el color de la piel, transpiración, vómitos y diarreas. Muéstrale a la niñera dónde están los extintores de incendios y cómo se utilizan y los lugares en los cuales deberá ubicarse con los niños en caso de sismo.
La labor de la niñera es compleja y difícil, y muchas veces no se le da la debida importancia. De otro lado los padres rara vez toman en cuenta las necesidades de ésta. Por ello recomendamos que al contratarla se averigüe un poco sobre su familia de origen, las actividades que lleva a cabo en sus días libres, las fechas importantes para ella (su cumpleaños, los de sus hijos y sus padres) y que sus tiempos de descanso sean respetados. La compensación que recibe por su trabajo debe ser justa y puntual y pactada de antemano. Asimismo se debe respetar la cultura de la cual proviene y enseñarles a los niños a respetar las diferencias. Queremos que la niñera se sienta a gusto pues esto se reflejará en el trato que da a nuestros hijos.
Aquí les brindamos algunas de las características que debe tener toda buena niñera:
- Tiene una edad adecuada (entre 22 y 45 años)
- Es aseada,
- Es responsable,
- Es honesta
- Gusta de los niños y disfruta su trabajo
- Está atenta a las necesidades de los niños que cuida,
- Conversa con los niños de forma natural; su voz no se escucha forzada ni artificial,
- Es creativa para imaginar actividades que entretienen y estimulan el desarrollo del niño,
- Sabe integrarse y participa de los juegos con desenvoltura,
- Sabe manejar situaciones engorrosas antes de que se salgan de control,
- Está capacitada para actuar correctamente en caso de una emergencia
- Es franca, si algo la inquieta lo hará saber de inmediato y comparte una comunicación abierta con los padres.
- Respeta las costumbres y los valores de la familia en relación a la crianza del bebé
- Permite la privacidad de los padres, pues sabe en qué momento retirarse,
- Busca actualizarse constantemente, mejorar su conocimiento para ser una mejor niñera.
- Es acomedida y cuando el tiempo se lo permite se ofrece a ayudar en otras tareas
¿Cómo detectar que algo anda mal?
Por más pequeños que sean, los chicos se manifiestan, y si los padres están conectados con ellos hay maneras de saber cuando algo malo está sucediendo. Hay que observar el comportamiento del niño hacia ella y viceversa: si el chico la rechaza o rehúye su contacto, o si la niñera se muestra impaciente.
Señales de alarma:
- Si tu hijo llora cada vez que lo vas a dejar con la niñera,
- Si la niñera es brusca,
- Si la niñera se impacienta con facilidad o se enoja por pequeñeces.
- Si falsea información o miente
Por: Roxana Braschi M.S.Ed.
Directora de Prenatal
International Certified Childbirth Educator (ICCE)
International Board Certified Lactation Consultant (IBCLC)